Me siento golondrina exiliada de la bandada,
me siento boquerón sin cuenta en el banco,
me siento promesa descumplida y desnortada.
Me siento tan lejos de las cosas que se dan por sentadas...
A veces me siento
y veo mis manos vacias
y oigo la casa en silencio
y me aferro a la silla desde donde todo cuesta.
Cuesta arriba.
Arriba el desasosiego,
arriba la certeza,
arriba la derrota...
Sentada en los sentimientos,
arriba todo y todo me alcanza.
Por eso, a veces me siento,
escribo,
me levanto
y ando.
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