miércoles, 30 de noviembre de 2011

(para la hermosa Diana)

Shhh, silencio.
Shhh, silencio.
Shhh, silencio.
Aún debe cocer en silencio.

Shhh, silencio.
Shhh, silencio.
Oye la olla,
dice:
una oscura presión a fuego lento. Shhh, 
a un silencio.

martes, 29 de noviembre de 2011

Madrid, c/ Orellana, pasado.

Madrid, calle Orellana,
en El Timón de Casa Camú te dije
hace [ya] un millón de años,
que espíritu y materia eran la misma cosa,
y [tú] no quisiste hacerme ni caso.

autosincronía

No tengo lección que enseñar,
apenas un átomo de comprensión: asir y soltar lianas.

Ruidos, nueces, escarceos, conversación trascendente,
un saco a reventar de reventonas palabras: claveless.

Barro de errajes y zombis.     
  (un átomo de enseñanza)                                
                                             (añadir otro átomo de comprensión
                                                                     a este plato de balanza).

              Un cambio de referencia.

De vuelta a la confianza (primer átomo de tu amor),
a la temperatura feliz de tu cuerpo, a tu olor,
a la delicada textura de tu piel,
a mis bienaventuranzas.

domingo, 20 de noviembre de 2011

situación

Espiritualizadísimamente,
once sílabas de idilio espectral
convocando versos hasta sorberlos.
Concierto barroco, Gershwin for lovers,
metaforizar los verbos papocos...

Cinco palabras no son suficientes,
elipsis, aliteración y pasmo
no caben en tan pequeño el zapato:
Lo mejor que puede suceder.

Suma

La realidad de los pájaros y de los árboles, del cielo azul, de la mañana de otoño o de tu linda cara nada más abrir los ojos, está fragmentada en todas las percepciones posibles que de todo esto se puedan dar.

Hace falta mi percepción, la tuya, la de mi perra; ésta es la manera en que se conoce el universo a si mismo.

Que esta percepción sea comunicable y que llegue incluso a plasmarse en forma de arte, mensaje científico o charla casual, no elimina la importancia de todas las percepciones íntimas. Si fuera el caso el producirse algo palpable, se podría aventurar que ese proceso de autoconocimiento se ha encarnado en un objeto-sujeto, a su vez perceptible y, por tanto, necesitado de todas las percepciones (íntimas o públicas, qué más da) que pueda generar para su completo conocimiento.

bolea muerta

Me pasas pelotas muertas.
Siempre que yo necesito aire,
tú me pasas boleas muertas.